Cómo prepararse para unas vacaciones de verano con un bebé
Solo pensarlo ya nos dibuja una sonrisa: llega el verano, bajamos el ritmo, cambiamos rutinas y soñamos con unos días de descanso.
Pero claro… cuando hay un bebé de por medio, la ilusión viene acompañada de una pequeña vocecita interior que dice:
“¿Y si llora todo el viaje?”, “¿y si se pone malo?”, “¿estaré olvidando algo importante?”
Tranquilo. Es normal.
Viajar con un bebé no es imposible, ni mucho menos. Solo es diferente. Y si se planifica con tiempo, las primeras vacaciones en familia pueden convertirse en un recuerdo precioso.

Elegir bien el alojamiento y la playa: aquí empieza todo
Las vacaciones no empiezan cuando metes los pies en el agua, empiezan cuando eliges dónde te vas a quedar.
Cuando viajas con un bebé, el alojamiento marca la diferencia entre unas vacaciones relajadas… o agotadoras.
Qué tener en cuenta al elegir alojamiento
- Acceso fácil a la playa: idealmente sin cuestas imposibles ni escaleras eternas, y accesible con carrito.
- Distancia real al mar: no te fíes solo de “a 5 minutos”. Pregunta cómo es el camino.
- Servicios para bebés: muchos hoteles y apartamentos ofrecen cunas, tronas o bañeras. Preguntar antes puede ahorrarte cargar con medio hogar.
- Servicios cercanos: farmacia, supermercado, centro médico o urgencias. No es ser negativo, es ser práctico.
Saber que puedes comprar pañales o una crema en cualquier momento da mucha tranquilidad.
Hacer la maleta del bebé sin estrés
Hacer la maleta ya estresa de por sí… pero cuando se trata de un bebé, parece misión imposible.
La clave está en dos cosas:
👉 empezar con tiempo
👉 hacer una lista
No hace falta llevarlo todo “por si acaso”, pero sí lo esencial.
Ropa y protección
- Bodys, camisetas, pantalones cortos y pijamas.
- Bañadores o pañales de agua.
- Calcetines y calzado ligero.
- Gorros (mejor si tienen protección UV).
- Una sudadera fina para las noches.
Higiene y cuidado
- Pañales suficientes (aunque siempre puedas comprar más).
- Toallitas y cambiadores desechables.
- Gel y champú para bebé.
- Crema para rozaduras y crema corporal.
- Protector solar específico para bebés.
- Cortaúñas (sí, siempre se necesita cuando no lo llevas).
Dormir fuera de casa
- Chupete (y alguno de repuesto).
- Mantita o objeto que huela a casa.
- Cuna de viaje si el alojamiento no la proporciona.
Dormir bien fuera es más fácil si el entorno se parece un poco al de casa.
Botiquín básico de viaje
No es para asustarse, es para estar tranquilos:
- Termómetro.
- Antitérmico infantil.
- Suero fisiológico.
- Tiritas y antiséptico.
- Algo para las molestias de la dentición.
Alimentación
- Si toma fórmula, lleva suficiente para todo el viaje.
- Biberones y tetinas de repuesto.
- Cucharas y baberos.
- Si ya ha empezado con sólidos, algo de comida que ya conozca.
Imprescindibles extra
- Silla de paseo y/o portabebés.
- Bolsa de plástico extra (créeme, siempre viene bien).

Viajar con un bebé: cómo hacerlo más fácil
Da igual si viajas en coche o en avión: todo mejora con planificación.
Viajar en coche
Es una de las opciones más cómodas con bebés, porque puedes adaptarte a su ritmo.
- Revisa el coche antes de salir.
- Asegúrate de que la silla de coche esté bien instalada.
- Aprovecha los momentos de sueño para avanzar.
- Para cuando lo necesite: comer, cambiar, estirar piernas o simplemente calmarlo.
Muchos bebés se duermen fácilmente en el coche. Y si no es tu caso… juguetes, canciones, chupete y paciencia.
Viajar en avión
Si vuelas, recuerda que el bebé también necesita documentación, incluso siendo muy pequeño. Infórmate con tiempo.
Consejos útiles:
- Lleva todo lo necesario en el equipaje de mano.
- Ofrece pecho o biberón durante el despegue y aterrizaje para aliviar la presión en los oídos.
El primer baño del bebé en el mar
Este momento suele ser muy especial… y hay que hacerlo con calma.
- Evita las horas de sol fuerte.
- Usa protector solar específico para bebés.
- El agua debe estar templada. Idealmente alrededor de 30 ºC.
Si el mar está fría, una buena alternativa es llenar una pequeña piscina con agua de mar, que se calentará rápidamente al sol y será mucho más agradable para el bebé.
Pocos minutos son suficientes. No hace falta alargarlo.

Lo más importante: sol, protección y disfrutar
En vacaciones con un bebé, menos planes y más flexibilidad.
No pasa nada si no haces todo lo que habías pensado. No pasa nada si un día se duerme antes o está más irritable.
Lo esencial es:
- Protegerlo del sol.
- Respetar sus ritmos.
- Disfrutar sin exigencias.
Porque esas primeras vacaciones, aunque sean más tranquilas, son únicas. Y no vuelven.
Sí, viajar con un bebé merece la pena
Viajar con un bebé no es viajar como antes… pero tiene algo muy especial.
Todo se vive más despacio, con más atención y con una ternura difícil de explicar.
Con planificación, sentido común y una buena dosis de calma, las vacaciones de verano con tu bebé pueden ser mucho más bonitas de lo que imaginas.


