Pinchazos en los senos durante la lactancia

Ser madre es una de la experiencias más desafiante y sorprendente que puede experimentar toda mujer, ya que no sólo durante dicha experiencia logran conocerse más a fondo a nivel físico, sino también  conectar con el recién nacido a niveles emocionales verdaderamente significativos.

Dicha etapa no está excenta a ciertas complicaciones y retos, pues el cuerpo femenino constantemente sufre cambios hormonales, lo que en todo caso puede dar origen a malestares o afecciones, que a pesar de ser realmente incómodas tienen solución.

Pinchazos en los senos lactancia

¿Qué es la lactancia?

La lactancia, es el proceso mediante el cual el recién nacido recibe mediante la leche materna (producida en las mamas ), los nutrientes necesarios tanto para su desarrollo como para su correcto crecimiento, medianamente dicho proceso debe durar al menos entre un año y medio o dos.

La leche materna en toda regla, debe ser el único alimento del bebé durante los primeros meses de vida, pues solo la misma contiene los nutrientes precisos, entre vitaminas y minerales, grasas, proteínas y carbohidratos suficientes para el buen creciendo del recién nacido.

El proceso de lactancia, en todo caso, no podrá ser sustituido por cualquier otro modo de ingesta de nutrientes, puesto que solo la leche materna está constituida por todos los elementos y nutrientes que el infante necesita para lograr un desarrollo neurológico y físico libre de problemas y afecciones.

Pinchazos en los senos

Si bien, durante el mismo embarazo, los senos suelen ir cambiando, tornándose mucho más sensibles de lo normal, lo que sin duda provoca ciertas incomodidades y malestares propios de los cambios físicos que experimenta el cuerpo femenino.

Sin embargo, si después del embarazo, y durante la lactancia materna, se presentan a nivel de  los senos ciertos pinchazos, lo más probable es que se esté frente a una infección bacteriana, la cual con ayuda médica y el tratamiento adecuado, podrá erradicarse en poco tiempo.

Lo que sí nunca se deberá hacer es ignorar dicho síntoma, ya que pudiera tratarse de mastitis.

¿Qué es la Mastitis?

La Mastitis es una infección bacteriana a nivel de mamas, que normalmente se presenta por desniveles o desequilibrios en la flora bacteriana, siendo los síntomas más comunes:

  • La inflamación.
  • Los pinchazos.
  • Fiebre.
  • Enrojecimiento, entre otros.

Donde la sensación de calor también suele ser muy frecuente. Dicha afección suele ser común en las mujeres durante la lactancia, en tal caso siempre será una buena opción saber identificarla, y conocer cómo de una manera u otra se puede controlar y erradicar.

 La mastitis, básicamente es la acumulación de bacterias en los conductos mamarios (galactóforos) por donde pasa la leche.

Lo que en todo momento hace que dicha zona se inflame y  que se presenten los tan molestos pinchazos (como si de agujas se trataran) al intentar la leche hacerse espacio para salir y no poder hacerlo del todo debido a la obstrucción.

Así como puede presentarse tal afección, también suele ser común la infección en algunos o en ambos pezones, lo cual también se manifiesta principalmente a través del síntoma “de sensación de pinchazos”.

En dicho caso la incomodidad solo se sentirá a nivel de los pezones, la cual suele tener su causa de origen en alguna infección bacteriana o desajuste hormonal.

¿Cómo combatirla?

Tanto la mastitis como la infección en los pezones se podrá tratar bajo prescripción médica de antibióticos.

Pero no de cualquier antibiótico, ya que en todo caso se necesitará una evaluación exhaustiva, mediante cultivo, para determinar qué tipo de bacteria es la causante de la afección, y entonces poder prescribir el medicamento antibiótico más efectivo y acorde.

¿Cómo prevenirla?

La prevención de la mastitis  y de la infección de pezón será posible en la medida en la que se tomen en cuenta ciertos hábitos diarios y alimenticios, que bien podrian ayudar a que dicha afección no se presente o de presentarse, sus síntomas no sean tan molestos como de costumbre.

Llevar un control entre cada toma de leche del lactante, bien podría ayudar a que los conductos mamarios se mantengan limpios; en caso de excesiva producción de leche, lo más recomendable será almacenar dicha leche en recipientes especialmente diseñados para ello.

Ambas mamas deberán usarse durante la lactancia, ya que el uso recurrente de una sola mama, bien podría causar la obstrucción de la que no se usa con regularidad, la cual podría presentar infección de pezón o mastitis por el exceso de leche contenida.

La higiene será fundamental en todo momento, solo manteniendo las mamas limpias mediante el uso de agua y jabón ( preferiblemente neutro)  es que será posible evitar la presencia de bacterias en las mismas.

De igual manera el mantener una buena alimentación, será ese factor que no se deberá pasar por alto, ya que solo consumiendo los nutrientes y vitaminas suficientes, es que el organismo en general podrá mantenerse fuerte y sano.

Usar ropa, en especial sostenedores cómodos, dinámicos y suaves al tacto, será lo mejor por hacer si se quiere evitar el roce de los pezones con materiales irritantes.

De presentarse la mastitis de manera moderada, aunque siempre el visitar al médico de confianza será lo primero por hacer, se podrá hacer uso de compresas de agua caliente y fría, respectivamente antes y después  de cada toma del lactante, para conseguir que la leche salga mas fácilmente.

El cuidado en general será lo que realmente evite la aparición tal afección, sus síntomas y  posible complicaciones.

¿Es recomendable seguir con la lactancia  durante la mastitis?

Sí, por más raro que resulte para algunas, ya que no imaginan seguir amamantando con semejante dolor en sus mamas, pero la verdad es que interrumpir la lactancia durante la mastitis solo podría empeorar las cosas.

Será siempre necesario seguir dando leche al recienacido; solo así el exceso de leche no será un problema durante la mastitis.

Alargar los intervalos de tiempo entre las tomas de leche, para no sentir tanta molestia será un error sin lugar a dudas, pues eso mismo podría producir que dicha afección se complique y se repita cada vez.

Ser responsable durante la lactancia, y consecuentes en cuanto a las necesidades del cuerpo femenino siempre será la mejor manera de cuidarse y de  cuidar a los más pequeños, que dependen del buen estado físico y mental de la madre.

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